La pared invisible: Cuando tu cuerpo no quiere levantarse

Sientes que el tiempo se detiene, y la cabeza no para de dar vueltas. Analizas, sobrepiensas, te preguntas por dónde empezar, y al final, la inercia gana. Te quedas paralizado por la impotencia, por el simple hecho de que el impulso choca contra una gran pared mental. No te preocupes, no estás solo. Esto nos pasa a muchos cuando queremos ponernos en acción.