Generar valor. Tus clientes lo recordarán

Se escucha mucho esta frase en conferencias, videos y podcasts, pero pocos saben explicar qué es generar valor en realidad.

Por ejemplo, se dice que generamos valor al trabajar, pero si lo analizas bien, ¿qué tanto valor aportas a tu empresa, a tu jefe o a tus clientes? No es simplemente prestar un buen servicio, porque eso el cliente ya lo tiene más que merecido. Se trata de algo diferente, algo que sorprenda, algo innovador.

Piensa en el hombre que llega a casa sucio después de cargar bultos. Un bulto lo puede cargar cualquiera. Pero diseñar algo, inventar algo o aportar algo que deje tu nombre en la humanidad… eso sería aportar valor. Y la riqueza que obtengas dependerá de la cantidad de valor que aportes.

Eso sí, debes darte a conocer, porque ¿de qué sirve aportar valor si nadie se entera? Las ideas son de quien las ejecuta. De nada te sirve tener muchas ideas o que te conozcan por ser inteligente si, al final, no las llevas a cabo y ves que alguien más las ejecuta.


Más allá de la promesa: La experiencia como valor añadido

Entonces, ¿qué puede ser considerado valor añadido?

Creo que es como cuando entras a un local comercial con una decoración tan interesante que te dan ganas de tomarte mil fotos y subirlas a las redes sociales. Al día siguiente, le hablas a varias personas de la experiencia que tuviste, de lo bien decorado que está y de las fotos espectaculares que te tomaste. ¿Y la comida? Quizás es igual o peor que en otros lugares, sin mencionar los precios. Pero ese local, gracias a su decoración, llamó tanto la atención que los otros detalles no fueron relevantes.

Aportar valor va más allá de cumplir con la promesa del negocio de atender bien y dar un buen servicio. El valor añadido se mide en la experiencia que le da al cliente. Puede ser un pequeño detalle de un valor casi mínimo para tu presupuesto, o puede que «tires la casa por la ventana» con tal de quedar en la memoria de tus clientes. Lo cierto es que, al final, el cliente es quien decide si ese valor agregado de verdad añadió algo a su servicio.


La curiosidad: El motor del valor

Para lograr esto, hay que ser muy imaginativo u muy observador. Pregúntale a tus clientes qué les gustaría encontrar en un buen servicio o qué otras necesidades tienen. Si atiendes a otros negocios, habla con tus clientes. Pregúntales qué otras cosas necesitan para mantener sus negocios funcionando y cómo les gustaría que se solucionaran ciertos problemas.

Incluso, pregúntales cómo solucionaron ellos los problemas que tú también tienes. A cambio de un consejo, tú también le agregas valor a tu cliente. De esta forma, creas un vínculo con tus clientes, uno que te acerca más a ellos que a otros. Y en el momento en que piensen en tu solución o en ti, hablarán con muy buena energía, lo que traerá más beneficios para tu negocio.

El valor agregado se puede ofrecer de muchas formas, todo depende de cuánta imaginación o curiosidad tengamos por nuestros clientes.

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