Zuckerberg en Palo Alto: el búnker millonario que divide a sus vecinos

Zuckerberg en Palo Alto: el búnker millonario que divide a sus vecinos

El fundador de Facebook, ahora Meta, ha gastado más de 110 millones de dólares para crear un complejo residencial gigante en un tranquilo barrio de California. Lo que comenzó como la compra de una mansión se ha convertido en una expansión masiva que ha generado controversia, protestas y un gran malestar entre los vecinos, que ven cómo su comunidad se transforma en una extensión privada de la fortuna de Mark Zuckerberg.

De mansión a un complejo privado: el ‘búnker’ de 11 casas

Desde 2011, Zuckerberg ha comprado un total de 11 propiedades en el exclusivo barrio de Crescent Park en Palo Alto. Su objetivo: crear una barrera de privacidad impenetrable. Este paraíso personal incluye no solo su residencia principal, sino también varias casas de invitados, una cancha deportiva y piscinas.

Pero lo que más ha llamado la atención es su expansión subterránea. Los vecinos han bautizado los sótanos excavados como «búnkeres» o «cuevas de murciélago», un proceso que se ha extendido durante años, generando un ruido constante y la incomodidad de la maquinaria pesada.

La sombra de la privacidad: seguridad extrema y violaciones a las normativas

La expansión de Zuckerberg ha tenido un alto costo para la convivencia comunitaria. Los vecinos se quejan de las constantes obras, el ruido incesante y un despliegue de seguridad extrema con guardias privados y cámaras que controlan y cuestionan a la gente en las calles públicas.

Además, el magnate fue acusado de violar las normativas municipales al utilizar una de sus casas como una escuela privada para 14 niños sin los permisos adecuados. A pesar de las quejas, el Ayuntamiento de Palo Alto ha concedido numerosos permisos, aunque ahora reconoce que estos casos han revelado vacíos legales que necesitan ser corregidos.

Un problema que va más allá de Palo Alto: el poder de la élite tecnológica La situación en Crescent Park es un reflejo de una tendencia más amplia en la que las élites tecnológicas alteran comunidades enteras con su riqueza. Jeff Bezos y Elon Musk, por ejemplo, también han generado controversia con sus proyectos personales.

Aunque Zuckerberg ha intentado suavizar la tensión con gestos pequeños, como enviar regalos a los vecinos, el cambio ya es irreversible. Crescent Park es hoy un símbolo palpable del poder y la influencia de la tecnología en la vida de las comunidades.

Publicaciones Similares

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *