El «salto discreto» que no esperábamos Según fuentes internas de OpenAI citadas por The Information, aunque GPT-5 traerá mejoras, el salto cualitativo no será tan grande como en versiones anteriores. Esto contrasta con las constantes declaraciones de Altman sobre lo cerca que estamos de la Inteligencia Artificial General (AGI), esa IA capaz de igualar al ser humano. Parece que GPT-5 todavía no es esa «AGI» que todos soñamos.
Una creciente sensación de «continuísmo» sobrevuela el sector. Muchos expertos, incluso figuras como Bill Gates, auguran que GPT-5 no será el salto gigante que en su momento fue de GPT-3 a GPT-4. Podríamos estar entrando en una nueva fase de la IA generativa: una de mejoras graduales, no de revoluciones.
De hecho, a finales de 2024, OpenAI estuvo trabajando en un modelo (conocido internamente como Orion) que era el candidato a ser GPT-5, pero el salto no fue suficiente. Terminó siendo un modelo intermedio que se lanzó como GPT-4.5. Este es un claro síntoma de que el ritmo de los avances se está moderando.
¿En qué mejora GPT-5? De la teoría a la práctica
No todo son malas noticias, claro. GPT-5 tendrá mejoras notables, especialmente en áreas clave donde la competencia aprieta. Se espera que:
- Mejore en programación: Será más eficiente y capaz de producir código de mayor calidad, un área en la que Anthropic con Claude Code le saca ventaja.
- Sea más «agéntico»: Podrá seguir instrucciones complejas para funcionar sin supervisión humana. El ejemplo perfecto es un agente de atención al cliente que, con solo unas reglas, puede tomar decisiones como si otorgar un reembolso.
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Pero a pesar de estas mejoras, la sombra de que no será una sorpresa abrumadora sigue ahí.
Los obstáculos en el camino y el reto de «razonar»
El camino de OpenAI para llegar a GPT-5 no ha sido fácil. Ha enfrentado varios obstáculos:
- Fricciones con Microsoft: Tensiones por temas de propiedad intelectual y acceso a modelos avanzados han ralentizado el proceso.
- Escasez de datos de entrenamiento de calidad.
- Desbandada de talentos a equipos rivales como el de Mark Zuckerberg o Google.
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Además, hay un reto fundamental que han descubierto: ¿cómo llevar un modelo de razonamiento especializado y potente como o3 a un chat conversacional sin que pierda rendimiento? Resulta que este modelo es tan potente que su tiempo de respuesta se alarga, incluso para preguntas sencillas, lo que no es ideal para una experiencia de usuario. GPT-5 buscará un punto intermedio entre esta potencia de razonamiento y la velocidad de respuesta.
El paralelismo con los smartphones y la nueva era de la IA
Esta situación nos recuerda mucho a la industria de los smartphones. Los primeros años vimos saltos cualitativos gigantescos (del móvil con botones a la pantalla táctil, por ejemplo). Después de esa fase, hemos entrado en una etapa «continuista» en la que las mejoras son más incrementales (cámaras un poco mejores, baterías que duran un poco más, procesadores más rápidos…).
Parece que la IA generativa está llegando a ese punto. El ritmo de la innovación puede estar desacelerándose, pero no se detiene. GPT-5 será, con toda seguridad, una herramienta más potente y eficiente, pero la verdadera revolución podría estar ahora en la optimización, no en un salto generacional tan drástico.
En resumen, la llegada de GPT-5 es un evento importante, pero nos invita a reflexionar sobre la maduración de la Inteligencia Artificial como industria. La carrera no ha terminado, pero tal vez el ritmo está cambiando.
